Adviento
Jueves III semana
Textos
Del libro del profeta Isaías (54, 1-10)
“Alégrate, tú, la estéril, que no dabas a luz; rompe a cantar de júbilo, tú que no habías sentido los dolores de parto; porque la abandonada tendrá más hijos que la casada, dice el Señor. Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo las lonas, alarga las cuerdas, clava bien las estacas, porque te extenderás a derecha y a izquierda: tu estirpe heredará las naciones y poblará las ciudades desiertas.
No temas, porque ya no tendrás que avergonzarte; no te sonrojes, pues ya no te afrentarán; antes bien, olvidarás la vergüenza de tus años jóvenes y no volverás a recordar el deshonor de tu viudez. El que te creó, te tomará por esposa; su nombre es ‘Señor de los ejércitos’. Tu redentor es el Santo de Israel; será llamado ‘Dios de toda la tierra’.
Como a una mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor. ¿Acaso repudia uno a la esposa de la juventud?, dice tu Dios. Por un instante te abandoné, pero con inmensa misericordia te volveré a tomar. En un arrebato de ira te oculté un instante mi rostro, pero con amor eterno me he apiadado de ti, dice el Señor, tu redentor.
Me pasa ahora como en los días de Noé: entonces juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; ahora juro no enojarme ya contra ti ni volver a amenazarte. Podrán desaparecer los montes y hundirse las colinas, pero mi amor por ti no desaparecerá y mi alianza de paz quedará firme para siempre. Lo dice el Señor, el que se apiada de ti”. Palabra de Dios.
+ Del evangelio según san Lucas (7, 24-30)
Cuando se fueron los mensajeros de Juan, Jesús comenzó a hablar de él a la gente, diciendo: “¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con telas preciosas? Los que visten fastuosamente y viven entre placeres, están en los palacios. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Sí, y yo les aseguro que es más que profeta.
Es aquel de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Yo les digo que no hay nadie más grande que Juan entre todos los que han nacido de una mujer. Y con todo, el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él”.
Todo el pueblo que lo escuchó, incluso los publicanos, aceptaron el designio de justicia de Dios, haciéndose bautizar por el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los escribas no aceptaron ese bautismo y frustraron, en su propio daño, el plan de Dios. Palabra del Señor.
Fondo Musical: P. Martín Alejandro Arceo Álvarez
Mensaje[1]
Tras la respuesta que da a los enviados de Juan, más con sus obras que con sus palabras, Jesús hace un elogio incondicional del Bautista. Pone de manifiesto públicamente que se trata de un profeta excepcional, por la austeridad de su vida, por la energía de sus denuncias, por su fidelidad a la tradición profética, por su testimonio acerca de la inminencia del Mesías.
Sin embargo, ya no pertenece a la nueva etapa inaugurada por Jesús. Ha preparado solícitamente su venida, quizá incluso lo ha acogido un tiempo entre sus propios discípulos (no sabemos si Jesús lo fue, pero no se puede excluir); y no obstante hay en el mensaje del Evangelio una perspectiva completamente distinta de la que caracterizaba a Juan (“el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él”, declaró Jesús a renglón seguido). El bautismo en el Jordán, en el que ha culminado la misión de Juan respecto de Jesús, ha sido el escenario de la primera revelación pública de su identidad con relación a Dios.
A partir de ahí Jesús inicia su propia misión de predicador del evangelio del reino, que ha comenzado a hacerse presente con él. El pueblo, que ya aceptaba a Juan, parece aceptar ahora también a Jesús, a diferencia de los fariseos y doctores de la ley, que no aceptaban ni a uno ni a otro. No acogieron ni al asceta ni al que “comía y bebía con pecadores”. No han sabido reconocer la sabiduría del plan de Dios.
¿Qué pensamos nosotros de Juan el Bautista? Y sobre todo, ¿cuál es nuestra actitud con respecto a Jesús? Nos vamos acercando a la Navidad: ¿sabremos descubrir al Precursor del Mesías en la figura de Juan? ¿Y sabremos reconocer a Jesús como el enviado de Dios que nos llama a formar parte de su reino?
[1] García Álvarez Fray Emilio OP. ¿Que salisteis a ver? ¿un profeta? Evangelio del Día. 16 de diciembre. Dominicos.org