adviento 2022

¡Testimoniar! Viernes III de Adviento

Disponte

Escucha el siguiente canto, síguelo en tu corazón:

Se acerca el Reino de Dios – Carmelo Erdozain

Textos Bíblicos 

Pulsa para leerlos AQUI

1a. Lectura:  Isaías 56, 1-3a. 6-8

Salmo: 66

Evangelio: Juan 5, 33-36

Reflexiona (mira el video)

Propósito

TRAE AL CORAZÓN el recuerdo de las personas que con sus palabras o con su ejemplo te han dejado sentir la presencia del Señor. Agradece a Dios la cercanía de estas personas en tu vida y encomiéndalas a su misericordia.

HAZ ORACIÓN. revisa tu vida y pide la gracia de hacer consciente todo lo que Cristo ha hecho en tu existencia.

REZA la Oración por la paz

Jaculatoria: (repite durante el día):

¡Bendigamos a Dios, nuestro Señor!

Concluye:

Escucha el siguiente canto, síguelo en tu corazón

Abre tu tienda al Señor– Carmelo Erdozain

adviento 2022

Juan era la lámpara que ardía y brillaba

Adviento

Viernes III semana 

Textos

Del libro del profeta Isaías (56, 1-3.6-8)

Esto dice el Señor: “Velen por los derechos de los demás, practiquen la justicia, porque mi salvación está a punto de llegar. Dichoso el hombre que hace esto y en ello persevera, el que se abstiene de profanar el sábado, el que aparta su mano de todo mal. No diga el extranjero que ha dado su adhesión al Señor: ‘Sin duda que el Señor me excluirá de su pueblo’.

A los extranjeros que se han adherido al Señor para servirlo, amarlo y darle culto, a los que guardan el sábado sin profanarlo y se mantienen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos a mi altar, porque mi templo será la casa de oración para todos los pueblos”.Esto dice el Señor Dios, que reúne a los dispersos de Israel: “A los ya reunidos, todavía añadiré otros”. Palabra de Dios.

+ Del evangelio según san Juan (5, 33-36)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz.

Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me acreditan como enviado del Padre”. Palabra del Señor.

Fondo Musical: P. Martín Alejandro Arceo Álvarez

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Mensaje[1]

Esamos inmersos en una contoversia de Jesús contra los jefes judíos que lo acusan de haber violado el sábado, curando al paralítico (cf. Jn 5, 16-18). El fondo del debate entre Jesús y los jefes es el de la fe contra la incredulidad.

Después de haber probado que su actuar es participación de la acción del Padre, Jesús se enfrenta con el argumento de testimonios contra él y de la importancia de su revelación sobre el Padre. Su revelación es verdadera porque el Padre testimonia a su favor por medio de sus obras. Aunque sus interlocutores no pueden acceder a este nivel de testimonio, sí pueden referirse al testimonio de Juan el Bautista.

El cuarto evangelio habla muchas veces del Bautista en su calidad de testigo, y aquí también se reconoce, pero a la vez se relativiza. De hecho aun afirmando que el Bautista fue «lámpara» ardiente y brillante, se recuerda que es sólo un hombre cuyo testimonio recibe fuerza de otro, del Padre. Y es el Padre quien testimonia a favor de Jesús, con las Escrituras y con «las obras» mismas de Jesús, mostrando como sintonizar su hacer en favor de la vida y de la libertad de la humanidad.

El Adviento tiene una meta: renovarnos en el don de la esperanza. Pero la esperanza sólo crece en el suelo abonado por otro don, el de la fe. Precisamente porque nos fiamos de las promesas del Señor llegamos a esperar con confianza, vigor y gozo que llegue el día de su perfecto cumplimiento. ¿Cómo crece uno en la fe? A través de testimonios. La fe crece dándola, y por supuesto: recibiéndola.

El evangelio de hoy nos habla de las dos formas básicas de testimonio: uno es el exterior, como la vida de Juan el Bautista, o como sus palabras. Recibimos esta clase de testimonio cada vez que conocemos a alguien que nos deja sentir la presencia del Señor o que de tal manera vive con él y habla de él, que nos convence, nos mueve.

El otro tipo de testimonio es interior, y corresponde a lo que Cristo va haciendo en nosotros. Uno no puede contar quién es Cristo si no se ha encontrado con él, si no ha sentido admiración por su persona, si no se ha fascinado con sus palabras, y sobre todo: si no se ha sentido avasallado por el poder de su amor.


[1] G. Zevini – P.G. Cabra, Lectio divina para cada día del año. 1., 209; Fray Nelson Medina, Homilías Adviento. Semana 3. Viernes. Casa para tu fe católica.