
Objetivo:
En esta catequesis nos detendremos a considerar la pasión que vivió San José Sánchez del Río antes de su martirio a la luz de la pasión de nuestro Señor Jesucristo, descubriremos que en ambos casos la oración es la fuente de la fortaleza para no doblegarse en el último momento.
1. Escuchemos con atención el siguiente canto:
2. La pasión de nuestro Señor
Cada año, el Domingo de Ramos y el Viernes Santo tenemos la oportunidad de escuchar el relato de la pasión del Señor. No hay relato más conmovedor para la sensibilidad de un cristiano. La meditación de la pasión del Señor ha sido el secreto de la virtud heroica de muchos santos. El evangelio es claro: quien quiera ser discípulo de Cristo debe tomar su cruz y seguir sus huellas.
Ahora que contemplamos la obra de Dios en San José Sanchez del Río nos ayuda leer los últimos días de su vida a la luz de la Pasión del Señor. Lee los textos con atención y descubrirás que hay elementos comunes. La vida de los cristianos es vivir el evangelio y podemos verlo claramente en el testimonio de Joselito.
La pasión de Joselito
Llegado el momento Joselito, antes de morir, vivió su propia pasión y como en paralelo con la pasión del Señor Joselito también sintió celo por la casa de Dios, se le presentaron tentaciones para doblegarlo de su firme decisión, contó con el auxilio de santas mujeres y tuvo en la oración y en la Eucaristía el secreto de su fortaleza.
Escucha el relato:
Estas imágenes te pueden ayudar:



3. El Papa Francisco nos ayuda a meditar cómo se prolonga hoy la pasión de Jesús. (Viacrucis con los Jóvenes 25 enero 2019)
Padre, hoy el vía crucis de tu Hijo se prolonga:
… en el grito sofocado de los niños a quienes se les impide nacer y de tantos otros a los que se les niega el derecho a tener infancia, familia, educación; en los niños que no pueden jugar, cantar, soñar…
se prolonga en las mujeres maltratadas, explotadas y abandonadas, despojadas y ninguneadas en su dignidad; y en los ojos tristes de los jóvenes que ven arrebatadas sus esperanzas de futuro por la falta de educación y trabajo digno;
se prolonga en la angustia de rostros jóvenes, amigos nuestros que caen en las redes de gente sin escrúpulos ―entre ellas también se encuentran personas que dicen servirte, Señor―, redes de explotación, de criminalidad y de abuso, que se alimentan de sus vidas.
El vía crucis de tu Hijo se prolonga en tantos jóvenes y familias que, absorbidos en una espiral de muerte a causa de la droga, el alcohol, la prostitución y la trata, quedan privados no sólo de futuro, sino de presente. Y así como repartieron tus vestiduras, Señor, queda repartida y maltratada su dignidad.
El vía crucis de tu Hijo se prolonga en jóvenes con rostros fruncidos que perdieron la capacidad de soñar, de crear, inventar el mañana y se “jubilan” con el sinsabor de la resignación y el conformismo, una de las drogas más consumidas en nuestro tiempo.
Se prolonga en el dolor oculto e indignante de quienes, en vez de solidaridad por parte de una sociedad repleta de abundancia, encuentran rechazo, dolor y miseria, y además son señalados y tratados como los portadores y responsables de todo el mal social.
La pasión de tu Hijo se prolonga en la resignada soledad de los ancianos, que dejamos abandonados y descartados. (Viacrucis con los Jóvenes 25 enero 2019)
4. ¿Qué significa esto para nuestra vida?
Comparte con tu familia, con tus compañeros o con tus amigos qué significa en tu vida el mensaje que has recibido en esta catequesis. Te pueden ayudar las siguientes preguntas o sugerencias:
- ¿Qué momentos, encuentros, experiencias del relato de la Pasión del Señor encontramos en la Pasión de Joselito?
- ¿Qué lugar tiene la oración en la pasión del Señor y en la de Joselito?
- Joselito murió en un momento de terrible violencia en contra de los católicos que querían profesar libremente su fe. En nuestro tiempo muchos jóvenes mueren víctimas de la violencia. ¿Cómo puede inspirar el martirio de Joselito el compromiso por construir la paz para que los más jóvenes puedan vivir sin miedo y con dignidad?
- Cómo se prolonga el drama de la pasión del Señor en la vida de los niños, adolescentes y jóvenes de nuestro tiempo.
Gracias Joselito por tu Sí fuerte y anclado en el de Cristo y Santa María de Guadalupe. Ayuda a los niños, adolescentes y jóvenes a saber Defender y testificar con su vida el ser Católicos convencidos de ser Discípulos de un Rey que asegura la Vida Eterna. Y a nosotros Educadores concédenos ser sus Formadores y Acompañantes de sus logros y sus tristezas con nuestro Testimonio de Vida. Amén.